martes, 20 de julio de 2010

Y después de la tormenta, llegó la calma

Los dos últimos días habían sido estresantes y agotadores y ahora, instalada en el piso, una gran sensación de tranqulidad y relajación me inundó.

Tarde de sábado, una peli en el ordenador (mi ventana al mundo exterior aquí) y a dormir. Es todo lo que necesito.

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